Eres delicado eco de cometas orbitando el silencio.
Abres puertas y ventanas, cuando el cielo es claustro de vanidad.
Tu mirada desprende la herrumbre de mis huesos cansados.
«Deseclipse» de una luna,
cosmos trizados por el filo de tus ojos
Tus cabellos se derraman en mínimas chispas
de sosiego.
Bajo un sol que no olvida la sombra y el engaño
Entre el trueno de la distancia
Al margen del abismo sideral
besaré tus labios
te abrazaré desnudo
En un instante, conquistaremos la eternidad.